Una natilla metálica, un dulce y sabroso seguro de vida. Si las armas pudieran algún día comerse… seguro que las guerras dejaban por fin en paz a los pobres, se olvidaban de los muertos de hambre. | * Rebelión .... el cortejo fúnebre se dirigía de la iglesia al cementerio, uno de los compañeros de trabajo del difunto, un tal Poplavski, tomó un coche y se dirigió a toda prisa a casa de su amigo Grigorii Petrovich Zapoikin, hombre, aunque joven, ya bastante popular. ...mediaisla - http://mediaisla.net/revista/
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